quinta-feira, 30 de setembro de 2010

Nota do Movimento Brasil sem Aborto sobre candidatos(as) que, para confudir o eleitor, sendo abortistas se dizem contra o aborto na reta final das eleições


NOTA DO MOVIMENTO NACIONAL DA
CIDADANIA PELA VIDA – BRASIL SEM ABORTO
SOBRE AS ELEIÇÕES 2010 E A QUESTÃO DO ABORTO

O Movimento Nacional da Cidadania pela vida – Brasil Sem Aborto, de natureza supra-partidária e supra-religiosa, com sede nacional em Brasília, neste momento extremamente importante para o futuro do nosso país, vem a público manifestar sua preocupação com o oportunismo político com que está sendo tratada a questão do aborto, nestas eleições.

É estarrecedor que algo tão importante como a defesa da vida, desde a concepção, seja tratado sem a devida explicitação do posicionamento de cada candidato à Presidência da República, aos governos de Estado, ao Senado Federal e à Câmara dos Deputados. Entendemos que a coerência e a clareza de posicionamento, não só nesta conjuntura eleitoral, deva prevalecer junto aos eleitores brasileiros. Não podemos aceitar que candidatos que manifestaram publicamente, com palavras e ações, posicionamento pela descriminalização do aborto venham agora silenciar sobre suas posições ou declarar-se agora contra o aborto de maneira oportunista, ambígua e eleitoreira, visando confundir os eleitores. Quem efetivamente é contra o aborto não teme posicionar-se claramente contra a sua legalização ou descriminalização, por entender que o direito à vida é o mais fundamental de todos os direitos humanos.

Para contribuir para essa clareza de posicionamento, o Movimento Nacional da Cidadania pela Vida – Brasil Sem Aborto lançou desde o início desta campanha eleitoral a CAMPANHA NACIONAL GOVERNOS E PARLAMENTOS PELA VIDA com o slogan “A VIDA depende do seu VOTO” com o objetivo de identificar os candidatos e candidatas que tem posição contra a legalização do aborto em nosso país e que queiram assinar “Termo de Compromisso” com firma reconhecida em cartório tendo os seus nomes inscritos numa lista por Estado, no site http://www.brasilsemaborto.com.br/

Entendemos que os eleitores brasileiros não podem ficar à mercê dos “lobos vestidos com pele de cordeiro” cuja intenção é GANHAR VOTOS para vencer as eleições e,depois de empossados, mostrar a sua verdadeira face no apoio à cultura de morte que tem como objetivo no governo federal, estadual ou no Congresso Nacional estabelecer políticas de incentivo à prática do aborto no SUS e na articulação para descriminalizá-lo e aprovar uma legislação que o legalize em nosso país, tal como consta no PNDH-3 e no recentemente acordo internacional assinado pelo governo brasileiro denominado de “consenso de Brasília”.

Por que LEGALIZAR a Morte quando queremos Vida?

Brasília, 30 de setembro de 2010.

PRESIDENTE DA COMISSÃO EM DEFESA DA VIDA DO REGIONAL SUL 1 DA CNBB GRAVA NOVA DENUNCIA SOBRE ENVOLVIMENTO DO PT COM A PROMOÇÃO DO ABORTO






quarta-feira, 29 de setembro de 2010

Bispos se levantam contra o programa abortista do PT


Responsável pela publicação da carta "Dai a César o que é de César e a Deus o que é de Deus", Dom Luis Gonzaga Bergonzini, o Bispo de Guarulhos, fala sobre aborto e eleições 2010.



Dom Benedito Beni dos Santos é um dos bispos católicos que assinam o "APELO A TODOS OS BRASILEIROS E BRASILEIRAS" que tem sido amplamente difundido pela sociedade em um ato de protesto contra àqueles que se comprometem com a legalização do aborto a todo custo pela sociedade brasileira.



Dom Emílio Pignoli faz pronunciamento em defesa da vida e em relação ao grave momento político nacional. "A Igreja não está de acordo com os programas do PT", diz.

Las preces prescritas por S.S. León XIII


Castillo del Santo Angel - Roma


¿Cuál es el origen de estas preces?

En 1859, el beato Pío IX dispuso que todos los sacerdotes en el territorio de los Estados Pontificios rezaran de rodillas, inmediatamente después de la misa y juntamente con el pueblo, tres avemarías y una salve seguidas de una oración pidiendo la intercesión de los santos para conjurar los graves peligros que amenazaban el poder temporal de la Iglesia por obra de los sectarios. Éstos, no se olvide, llevaban a cabo una campaña de desprestigio y de odio contra el papa Mastai, semejante a la que hoy se desarrolla contra Benedicto XVI (el nivel de inquina contra el beato Pío IX era tal que durante sus funerales se llegó a pretender lanzar al Tíber el féretro con sus restos mortales, lo cual fue evitado a duras penas). Las preces ordenadas por aquél continuaron rezándose aún después de la caída de Roma y la expoliación sardo-piamontesa, pues el nuevo régimen emprendió una política anticlerical (con desamortización incluida). En 1884, León XIII renovó el mandato de rezar las oraciones de su predecesor y las extendió a todo el mundo para obtener la libertad de la Iglesia en Alemania, perseguida por Bismarck y su Kulturkampf. Después de la pacificación con el Reich, el mismo papa ordenó tres años más tarde que las preces pianas se rezaran por la conversión de los pecadores, pero modificó la oración después de la salve y añadió otra en forma de exorcismo dirigida a San Miguel Arcángel. Desde entonces pasaron a llamarse preces leoninas. En 1904, san Pío X añadió la triple invocación al Sagrado Corazón de Jesús. Finalmente, Pío XI -que había presenciado de cerca los horrores del comunismo cuando, antes de ser papa, fue nuncio en Polonia- estableció que las preces leoninas se ofrecieran por la conversión de Rusia.


¿Cuál es el origen de la oración a san Miguel Arcángel?

En Octubre 13, 1884, el Papa León XIII, experimento una visión horrible. Después de celebrar la Santa Misa, estaba consultando sobre ciertos temas con sus cardenales en la capilla privada del Vaticano cuando de pronto se detuvo al pie del altar y quedo sumido en una realidad que solo el veía. Su rostro tenía expresión de horror y de impacto. Se fue palideciendo. Algo muy duro había visto. De repente, se incorporo, levanto su mano como saludando y se fue a su estudio privado. Lo siguieron y le preguntaron: ¿Que le sucede su Santidad? ¿Se siente mal? El respondió: "¡Oh, que imágenes tan terribles se me han permitido ver y escuchar!", y se encerró en su oficina.

¿Qué vio León XIII? "Vi demonios y oí sus crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que el podía destruir la Iglesia y llevar todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder. Satanás pidió permiso a Dios de tener 100 años para poder influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo." También León XIII pudo comprender que si el demonio no lograba cumplir su propósito en el tiempo permitido, sufriría una derrota humillante. Vio a San Miguel Arcángel aparecer y lanzar a Satanás con sus legiones en el abismo del infierno.

Después de media hora, llamó al Secretario para la Congregación de Ritos. Le entrego una hoja de papel y le ordenó que la enviara a todos los obispos del mundo indicando que bajo mandato tenia que ser recitada después de cada misa, la oración que ahí el había escrito, junto con las otras oraciones al pie del altar que se decían siempre despues de cada misa rezada.


¿Cómo se rezan esas oraciones en la Forma Extraordinaria?

El sacerdote, después del último evangelio desciende al plano del altar y se arrodilla para recitar tres avemarías, una salve con versículo y oración, el exorcismo corto de San Miguel y tres jaculatorias al Sagrado Corazón de Jesús. Tras lo cual se levanta, sube a la predela del altar para tomar el cáliz y retirarse hacia la sacristía.

De forma similar podría rezarse en la forma ordinaria despues de despedir al pueblo diciendo "Podéis ir en paz" o incluso diciendo: "Bendigamos al Señor".


¿Cuándo han de decirse en la forma extraordinaria?

Siempre, pero pueden omitirse por Decreto de la Sagrada Congregación de Ritos de 1960:

1.- Cuando se celebra la Misa de Desposorios, o con ocasión de primera Comunión, Comunión general, sagrada Confirmación, Ordenación sagrada o Profesión religiosa.

2.- Cuando se siga inmediata y legítimamente alguna otra función o ejercicio piadoso.

3.- Cuando se tenga homilía en medio de la Misa.

4.- Cuando se celebra Misa dialogada, pero sólo en los domingos y días de fiesta.

5.- Además, los Ordinarios de lugar pueden permitir que dichas preces se digan en lengua vernácula, según texto aprobado por ellos.


¿Cómo comenzar a decirlas en la misa según la forma ordinaria?

Sería conveniente, explicar brevemente a los fieles el origen de estas oraciones y la conveniencia de volver a recitarlas al final de la misa como acción de gracias y petición al Señor, a la Santísima Virgen y a los santos.


¿Cómo argumentar este acto de piedad ante los liturgistas 'extremos'?

Sería suficiente citar la Constitución Sacrosanctum Concilium en sus números 12 y 13:

"La participación en la sagrada Liturgia no abarca toda la vida espiritual. En efecto, el cristiano, llamado a orar en común, debe, no obstante, entrar también en su cuarto para orar al Padre en secreto; más aún, debe orar sin tregua, según enseña el Apóstol. Y el mismo Apóstol nos exhorta a llevar siempre la mortificación de Jesús en nuestro cuerpo, para que también su vida se manifieste en nuestra carne mortal. Por esta causa pedimos al Señor en el sacrificio de la Misa que, "recibida la ofrenda de la víctima espiritual", haga de nosotros mismos una "ofrenda eterna" para Sí.

Se recomiendan encarecidamente los ejercicios piadosos del pueblo cristiano, con tal que sean conformes a las leyes y a las normas de la Iglesia, en particular si se hacen por mandato de la Sede Apostólica.

Gozan también de una dignidad especial las prácticas religiosas de las Iglesias particulares que se celebran por mandato de los Obispos, a tenor de las costumbres o de los libros legítimamente aprobados.

Ahora bien, es preciso que estos mismos ejercicios se organicen teniendo en cuenta los tiempos litúrgicos, de modo que vayan de acuerdo con la sagrada Liturgia, en cierto modo deriven de ella y a ella conduzcan al pueblo, ya que la liturgia, por su naturaleza, está muy por encima de ellos.

Acordémonos también de lo que dijo Juan Pablo II en el Regina Coeli de 24 de abril de 1994:

"Quiera Dios que la oración nos fortalezca para la batalla espiritual de la que habla la carta a los Efesios: «Fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su poder» (Ef 6, 10). A esa misma batalla se refiere el libro del Apocalipsis, reviviendo ante nuestros ojos la imagen de san Miguel arcángel (cf. Ap 12, 7). Seguramente tenía muy presente esa escena el Papa León XIII cuando, al final del siglo pasado, introdujo en toda la Iglesia una oración especial a san Miguel: «San Miguel arcángel, defiéndenos en la batalla contra los ataques y las asechanzas del maligno; sé nuestro baluarte...».

Aunque en la actualidad esa oración ya no se rece al final de la celebración eucarística, os invito a todos a no olvidarla y a rezarla para obtener ayuda en la batalla contra las fuerzas de las tinieblas y contra el espíritu de este mundo".

 
TEXTO DE LAS ORACIONES LEONINAS


S. Dios te salve, María, llena eres de gracia…

P. Santa María, Madre de Dios…
(3 veces)

Dios te salve, Reina y Madre …

S. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R. Para que seamos dignos de las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

S. Oremos: Oh Dios, refugio y fortaleza nuestra, mira propicio al pueblo que clama a Ti: y, por intercesión de la gloriosa e Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, y del Bienaventurado San José, su esposo, y de tus Santos apóstoles Pedro y Pablo, y de todos los santos, escucha misericordioso y benigno las preces que te dirigimos por la conversión de los pecadores y por la libertad y exaltación de nuestra Santa Madre la Iglesia. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

P. Amén

Arcángel San Miguel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio. Reprímalo, Dios, pedimos suplicantes y tú, Príncipe de las milicias celestiales, lanza al infierno, con el divino poder, a Satanás, y a los demás espíritus malignos, que vagan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén

S. Corazón Sacratísimo de Jesús

P. Ten piedad de nosotros.
(3 veces)

***

S. Ave María…

P. Sancta María, Mater Dei…
(3 veces)

Salve Regina…

S. Ora pro nobis, Sancta Dei Génitrix

R. Ut digni efficiámur promissionibus Chrsiti.

S. Oremus :

Deus, refúgium nostrum et virtus, pópulum ad te clamántem propítius réspice; et intercedénte gloriósa et imaculáta Vírgine Dei Genitríce María, cum beáto Joseph, ejus sponso, ac beatis apóstolis tuis Petro et Paulo, et ómnibus sanctis, quas pro conversióne peccatórum, pro libertáte et exaltatióne sanctæ Matris Ecclésiæ, preces effúndimus, miséricors et benígnus exáudi. Per eúmdem Christum Dóminum nostrum.


R. Amén

Sancte Míchaël Archángele, defénde nos in prǽlio; contra nequítiam et insídias diáboli esto præsídium. Ímperet illi Deus, súpplices deprecámur: tuque, Prínceps milítiæ cæléstis, Sátanam aliósque spíritus malígnos, qui ad perditiónem animárum pervagántur in mundo, divína virtúte in inférnum detrúde. Ámen.

S. Cor Jesu Sacratíssimum

P. Misérere nobis.
(3 veces)

terça-feira, 28 de setembro de 2010

Bento XVI recebe Dom Fernando Rifan na Visita ad Limina Apostolorum








O Santo Padre recebeu D. Fernando na segunda-feira dia 27.

O Santo Padre Bento XVI recebeu nosso Bispo D. Fernando Rifan ontem, segunda-feira, dia 27 de setembro, em Castel Gandolfo, por ocasião da Visita ad Limina Apostolorum dos Bispos do Regional Leste 1 da CNBB.

D. Fernando estava acompanhado pelo Pe. Marco Antônio Pinheiro Arêas, Administrador da Paróquia de São Fidélis, e do Pe. Everaldo Bon Robert, Diretor Espiritual e Professor do nosso Seminário.

Pe. Marco Antônio presenteou o Papa com o livro que lançou, chamado "Bento XVI e os Jovens", no qual organizou textos de Bento XVI aos jovens em ordem temática e em forma de diálogo.

Após os cumprimentos, o Santo Padre recebeu D. Fernando em audiência particular.



Pró-vidas divulgam lista de deputados a favor da descriminalização do aborto




SÃO PAULO, 10 Set. 10 / 02:48 pm (ACI).- Diante da proximidade das eleições diversos grupos vêm destacando a grave responsabilidade de escolher representantes comprometidos com o bem comum, sendo o mais primário o dom da vida. Fontes pró-vida no Brasil divulgaram recentemente a relação dos deputados federais que assinaram o Recurso para que o Plenário da Câmara dos Deputados deliberasse sobre o PL 1.135/91 , sobre a descriminalização do aborto em qualquer etapa de gestação. A Lista inclui nomes conhecidos como os PTistas Jorge Bittar e José Genuino assim como os de Chico Alencar (PSOL/RJ) e Brizola Neto (PDT/RJ) e pode ser vista na íntegra abaixo:

ACRE (01)

Nilson Mourão – PT/AC


AMAPÁ (03)

Dalva Figueiredo – PT/AP

Evandro Milhomen – PCdoB/AP

Janete Capiberibe – PSB/AP


AMAZÔNIA (01)

Vanessa Grazziotin – PCdoB/AM


BAHIA (06)

Nelson Pellegrino – PT/BA

Zezéu Ribeiro – PT/BA

Daniel Almeida – PCdoB/BA

Alice Portugal – PCdoB/BA

Roberto Britto – PP/BA

Severiano Alves – PDT/BA


CEARÁ (04)

José Guimarães – PT/CE

Eudes Xavier – PT/CE

Chico Lopes – PCdoB/CE

Flávio Bezerra – PMDB/CE


DISTRITO FEDERAL (01)

Magela – PT/DF


ESPÍRITO SANTO (01)

Iriny Lopes – PT/ES


GOIÁS (01)

Rubens Otoni – PT/GO


MARANHÃO (02)

Domingos Dutra – PT/MA

Sarney Filho – PV/MA


MINAS GERAIS (03)

Virgílio Guimarães – PT/MG

Jô Moraes – PCdoB/MG

Edmar Moreira – DEM/MG


MATO GROSSO (01)

Carlos Abicalil – PT/MT


MATO GROSSO DO SUL (01)

Antônio Carlos Biffi – PT/MS


PARÁ (04)

Paulo Rocha – PT/PA

Beto Faro – PT/PA

Zé Geraldo – PT/PA

Asdrubal Bentes – PMDB/PA


PARANÁ (02)

Angelo Vanhoni – PT/PR

Max Rosenmann – PMDB/PR

PERNANBUCO (07)

Pedro Eugênio – PT/PE

Fernando Ferro – PT/PE

Maurício Rands – PT/PE

Raul Jungmann – PPS/PE

Silvio Costa – PMN/PE

Ana Arraes – PSB/PE

Inocêncio Oliveira – PR/PE


RIO DE JANEIRO (05)

Jorge Bittar – PT/RJ

Carlos Santana – PT/RJ

Edmilson Valentim – PCdoB/RJ

Chico Alencar – PSOL/RJ

Brizola Neto – PDT/RJ


RIO GRANDE DO NORTE (01)

Sandra Rosado – PSB/RN


RIO GRANDE DO SUL (04)

Marco Maia – PT/RS

Luciana Genro – PSOL/RS

Pompeo de Mattos – PDT/RS

Darcísio Perondi – PMDB/RS

RONDÔNIA (01)

Eduardo Valverde – PT/RO


RORAIMA (01)

Francisco Rodrigues – DEM/RR


SÃO PAULO (13)

José Genoíno – PT/SP

Paulo Teixeira – PT/SP

Jilmar Tatto – PT/SP

Vicentinho – PT/SP

Cândido Vaccarezza – PT/SP

Devanir Ribeiro – PT/SP

José Mentor – PT/SP

Cláudio Magrão – PPS/SP

Arnaldo Jardim – PPS/SP

Ivan Valente – PSOL/SP

Regis de Oliveira – PSC/SP (12)

Paulo Pereira da Silva – PDT/SP

Dr. Ubiali – PSB/SP


Fonte: ACI

Site divulga lista de políticos com “Cartão Vermelho” para os votantes católicos


SÃO PAULO, 27 Set. 10 / 07:21 pm (ACI).- Uma recente iniciativa de leigos católicos chama a atenção do eleitor para alguns políticos que merecem o Cartão vermelho do eleitor católico devido à sua participação na chamada «Frente Parlamentar pela Cidadania GLBT», que promove a ideologia de gênero no Brasil. ‘Voto Católico’ traz artigos e outros recursos que buscam orientar o público católico para “exercer o sufrágio com responsabilidade, apoiando a quem oferece um governo mais conforme aos princípios cristãos ou pelo menos tentando impedir o avanço de quem representa uma ameaça maior a estes”. Entre eles a página oferece a lista completa dos 200 deputados e 21 senadores, entre outros, que apóiam a mencionada Frente Parlamentar.

“Políticos, ou melhor, pseudo políticos, que exercem seu cargo atuando sem ética ou ferindo a ordem natural e o bem comum merecem cartão vermelho. Eles não merecem seu voto como católico”, exclamaram os líderes da iniciativa. O site denuncia a existência de “mais de 200 deputados federais e 21 senadores que compõem atualmente a «Frente Parlamentar pela Cidadania GLBT», isto é, uma frente organizada pelo agressivo lobby gay no Congresso Nacional que propõe, entre outras coisas, que crianças sejam doutrinadas na ideologia gayzista, que o Estado financie paradas gays e políticas de interesse do lobby, e que cidadãos sejam perseguidos e presos por se oporem a isso”.

Na lista existem políticos não só do PT e do PCdoB, conhecidos pelo militarismo anti-vida e a promoção da ideologia de gênero, mas também membros do DEM, PSDB. A relação de políticos que merecem o cartão vermelho do voto católico incluem nomes conhecidos como o de Eduardo Suplicy, Francisco Dornelles, João Ribeiro e Sergio Guerra. Abaixo publicamos a lista dos senadores envolvidos no Frente Parlamentar pela Cidadania GLBT:


SENADO FEDERAL

Nome / Estado / Partido

Alfredo Nascimento - Licenciado AM PR

Antonio Carlos Valadares SE PSB

Arthur Virgílio AM PSDB

Augusto Botelho RR PT

Cristovam Buarque DF PDT

Delcídio Amaral MS PT

Eduardo Suplicy SP PT

Fátima Cleide RO PT

Flávio Arns PR PT

Francisco Dornelles RJ PP

Geraldo Mesquita Jr. AC PMDB

Ideli Salvatti SC PT

Inácio Arruda CE PC do B

João Pedro AM PT

João Ribeiro TO PR

José Nery PA PSOL

Marconi Perilo GO PSDB

Patrícia Saboya CE PSB

Paulo Paim RS PT

Serys Slhessarenko MT PT

Sérgio Guerra PE PSDB


Para ver a lista dos deputados membros da frente parlamentar favorável à agenda dos grupos GLBT e outros políticos com Cartão Vermelho, visite:


Fonte: ACI

PÁGINA WEB DE UNA VOCE CUBA




Tenemos la alegría de anunciar que la Sociedad Pro Misa Latina - Una Voce Cuba, ha puesto en funcionamiento su página de Una Voce Cuba, destinada a promover la tradición católica y la celebración de la Santa Misa según la forma extraordinaria del rito romano.

Desde Brasil Subsídios Litúrgicos Summorum Pontificum saluda y desea los mejores éxitos a esta iniciativa de nuestros hermanos de Cuba.

segunda-feira, 27 de setembro de 2010

50.000 firmas para una Declaración de los jóvenes a la ONU a favor de la familia y contra el aborto



La Cumbre Mundial de la Juventud celebrada en Méjico ha concluido con un borrador de declaración que no representa a los jóvenes.

La ONU propone sexo precoz e irresponsable, y también aborto fácil y barato, como prácticas de una vida sexual saludable.

Jóvenes de Catholic Family (Estados Unidos) y HazteOir.org (España), entre otras muchas entidades de la sociedad civil, proponen una declaración alternativa a la Cumbre Mundial de la Juventud.



Reforma de Benedicto XVI: El arzobispo español Ricardo Blázquez será el visitador apostólico del Regnum Christi



 

Recife diz SIM À VIDA!



Ontem pela manhã ocorreu, na praia de Boa Viagem, a 4ª Caminhada Arquidiocesana “Sim à Vida”! O evento reuniu milhares de pessoas na avenida Boa Viagem. A concentração teve início às 09:00 no Castelinho, e seguiu até o Segundo Jardim – um percurso de mais ou menos três quilômetros, percorrido pelos manifestantes e por cinco trios elétricos.

 O evento foi um verdadeiro sucesso. Panfletos afirmando a importância de não se votar em candidatos abortistas – alguns inclusive citando nominalmente, entre outros, a sra. Dilma Rousseff – eram distribuídos entre as pessoas. Os trios elétricos entrecortavam músicas, orações e brados contra o projeto abortista em curso na nossa Pátria. A despeito do calor, as pessoas chegavam e permaneciam, caminhavam e engrossavam as fileiras daqueles que querem fazer ouvir a sua voz em defesa da vida humana inocente que, no Brasil, é vergonhosamente atacada.

O Arcebispo Metropolitano, Dom Fernando Saburido, esteve presente e desmentiu publicamente – embora sem citar nomes – a Obra de Maria, que recentemente enviou cartas para os católicos dizendo que “a Igreja (…) rezou, pensou e escolheu” dois candidatos para as eleições da próxima semana. O Arcebispo disse claramente que a Igreja não tem candidatos e que os fiéis não deviam acreditar em quem se apresentasse (ou fosse apresentado) como “candidato da Igreja”.

As pessoas que estavam na praia paravam para olhar a caminhada. Dos prédios na beira-mar, alguns moradores se debruçavam das janelas para verem a multidão passar gritando “não” ao aborto. Muitas pessoas que simplesmente estavam por lá juntavam-se aos manifestantes, para também darem o seu “sim” à vida. E o evento atingiu o seu objetivo: fez com que fosse ouvida a nossa voz, a voz do povo brasileiro, que é visceralmente contra o assassinato de crianças no ventre de suas mães. Parabéns aos que dedicaram a sua manhã de domingo para participarem desta importante manifestação pública! Que a Virgem Santíssima os possa recompensar com generosidade.

Fonte:  Deus lo Vult!

domingo, 26 de setembro de 2010

Discurso esclarecedor de um bispo sobre o Episcopado e as Conferências Episcopais


Bento XVI falando aos bispos dos EUA


Este artigo baseou-se no discurso feito por Dom Robert Francis Vasa, Bispo de Baker, EUA, no 2010 Inside Catholic Partnership Award Dinner e foi publicado no Inside Catholic  de 20 de setembro.


Todos estamos familiarizados com a Conferência dos Bispos Católicos dos Estados Unidos (USCBC), e eu suspeito que a maioria de nós a aceita como um dado da realidade. Suspeito ainda que muitos nunca consideraram realmente os quem, quês e porquês de tais conferências na Igreja. Isto não significa que a Igreja não tenha dado séria atenção à questão. O conceito não era novo para a Igreja em 1965, quando o Concílio Vaticano publicou o Decreto sobre o ofício pastoral dos bispos na Igreja, Christus Dominus. Lá se encontra, no parágrafo 38, o conceito bem definido:

"Conferência episcopal é uma espécie de assembleia em que os Bispos duma nação ou território exercem juntos o seu múnus pastoral, para conseguirem, por formas e métodos de apostolado conformes às circunstâncias do tempo, aquele bem maior que a Igreja oferece aos homens." (CD 38).

Não restam dúvidas de que o exercício unificado de um ofício pastoral é prático e desejável. Há certas coisas, em nosso país, por exemplo, que somente se tornam possíveis porque os bispos se uniram num esforço comum. O trabalho de revisão das traduções da Instrução Geral do Missal Romano não poderia ser feita independentemente por cada bispo. Isto seria caótico. Os esforços de ajuda da "Catholic Relief Service" às vítimas do furacão no Haiti estão além da capacidade de cada bispo ou diocese individualmente. Analisar, avaliar e fazer recomendações sobre a reforma do sistema de saúde na América exige recursos de que simplesmente não dispões muitas dioceses - entre as quais, a minha certamente. Parece-me que uma conferência, de certa forma, seja essencial.

Houve um tempo, no passado recente, em que a conferência, e especialmente seus comitês, eram como se tivessem vida própria, aparentemente independentes do colégio dos bispos; mas a reforma de suas estruturas mitigou isto significativamente. É possível que tenha havido um esforço concentrado da parte de um segmento dos bispos, no passado, a fim de promover um grau maior de autonomia em relação à conferência, mas qualquer comentário meu seria inteiramente especulativo. Em geral, penso que a conferência faz um bom trabalho na identificação de questões, realização de pesquisas e, até mesmo, de influência nos debates nacionais.

Ao fazer isto, entretanto, torna-se às vezes inevitável à conferência assumir estritos padrões de autonomia e, até mesmo, ser percebida como se possuísse um tipo de autoridade que nem reclama para si nem possui. Facilmente se esquece que a conferência é um veículo para assistir os bispos na cooperação mútua e não uma comissão reguladora distinta. Indubitavelmente, a conferência tem um lugar a ocupar e um papel importante a desenvolver. Em geral, acho que a existência da conferência me oferece, como bispo, uma via de interação com meus irmãos bispos, para compartilhar ideias e para participar de discussões nacionais de uma maneira que seria impossível, em grande parte, sem a conferência.

É motivo de preocupação a tendência de a conferência assumir uma vida própria e de começar a substituir ou tomar a função própria de cada bispo, inclusive em sua própria diocese. Pode haver inclusive uma infeliz tendência da parte dos bispos a abdicar em favor da conferência de uma porção de suas funções e deveres episcopais. Por exemplo, há uma Comissão Doutrinal disponível para que os bispos apresentem questões e problemas e obtenham uma avaliação doutrinal. A disponibilidade de tal comissão é um valioso serviço, mas se um bispo simplesmente apresenta toda questão em sua diocese à Comissão Doutrinal e, então, transmite aseus fiéis que a Comissão Doutrinal da USCCB decidiu X, Y ou Z, ele deixa de assumir uma responsabilidade que é unicamente sua. Seria mais apropriado que ele consultasse esta Comissão e então dissesse: "Após consultar a Comissão Doutrinal, eu decidi X, Y ou Z para minha diocese". Uma tal resposta preserva a função própria tanto do bispo quanto da conferência. É, todavia, mais fácil e seguro transferir a responsabilidade para a Comissão.

A despeito do fato de que a ideia de uma conferência episcopal esteja incluída na última parte do Decreto Christus Dominus, esta não é de modo algum o foco principal do documento. Aliás, seu título é "Sobre o Múnus Pastoral dos Bispos na Igreja", e não "Sobre a Função e o Lugar das Conferências Episcopais na Igreja". Na realidade, Christus Dominus foi mais revolucionário por causa de sua grande insistência sobre o alcance da autoridade do bispo diocesano. Mais de 30 anos depois de Christus Dominus, o Papa João Paulo II, em maio de 1998, expediu uma Carta Apostólica, Apostolos Suos, acerca da natureza teológica e jurídica das Conferências dos Bispos. Eu ouso supor que o fez, em parte, por causa da preocupação de que as conferências estivessem ultrapassando os limites de sua legítima autoridade e infringindo a legítima autoridade dos bispos, como ensinada no Christus Dominus. Nela, citando o Sínodo dos Bispos de 1985, escreveu o Santo Padre:

"A Assembleia Extraordinária do Sínodo dos Bispos, celebrada em 1985, reconheceu a utilidade pastoral, antes a necessidade das Conferências Episcopais na situação atual, mas simultaneamente não deixou de observar que, no seu modo de proceder, as Conferências Episcopais devem ter presente o bem da Igreja, a saber, o serviço da unidade, e a responsabilidade inalienável de cada Bispo para com a Igreja Universal e a sua Igreja particular." (Apostolos Suos, 7)

O Cardeal Ratzinger (atual Papa Bento XVI) no "A fé em crise?", sobre o estado da Igreja, foi um pouco mais direto.

"A decisiva e nova ênfase sobre o papel dos bispos é na realidade contida ou corre o risco de ser reprimida pela inserção dos bispos em conferências episcopais que são sempre mais organizadas com estruturas burocráticas frequentemente pesadas. Não devemos nos esquecer de que as conferências episcopais não possuem base teológica, de que elas não pertencem à estrutura da Igreja, tal como Cristo a desejou, e que não pode ser eliminada; elas possuem apenas uma função prática, concreta. (The Ratzinger Report, 59-61)

Isto é confirmado pelo Código de Direito Canônico, que delimita a extensão da autoridade da conferência, observando que a competência de cada bispo diocesano permanece intacta; nem uma conferência nem seu presidente pode agir em nome de todos os bispos a menos que cada um e todos os bispos tenham dado seu consentimento (cân 455 §4). Fica claro que a conferência não pode, por sua própria autoridade, substituir as pessoas dos bispos, os quais são, conforme o cânon 753, "autênticos doutores e mestres dos fiéis confiados a seus cuidados; os fiéis estão obrigados a aderir, com religioso obséquio de espírito, a esse autêntico magistério de seus bispos". Em sua entrevista, o Cardeal Ratzinger confirmou: "Nenhuma conferência episcopal, como tal, tem uma missão magisterial: seus documentos não têm força por si mesmos exceto aquela que lhes dá o consentimento dos bispos individualmente". Até onde sei, o cardeal não mudou de ideia depois de sua eleição pontifícia.

A Carta Apostólica de João Paulo II contém o mesmo pensamento:

"Por certo, os Bispos individualmente, enquanto mestres da fé, não se dirigem à comunidade universal dos fiéis senão através dum ato de todo o Colégio Episcopal. De fato, apenas os fiéis confiados ao cuidado pastoral dum Bispo é que devem conformar-se com a decisão dada por ele, em nome de Cristo, em matéria de fé ou costumes, aderindo à mesma com religioso obséquio de espírito." (Apostolos Suos, 11)

O reconhecimento da proeminente função dos bispos individualmente não é uma criação do Concílio Vaticano II. Em sua segunda carta a Timóteo, que era bispo, São Paulo escreve:

"Eu te conjuro em presença de Deus e de Jesus Cristo, que há de julgar os vivos e os mortos, por sua aparição e por seu Reino: prega a palavra, insiste oportuna e importunamente, repreende, ameaça, exorta com toda paciência e empenho de instruir." (II Tim 4, 1-2).

Esta admoestação é feita aos bispos singularmente e, como destaca o cardeal, não é extensiva às conferências episcopais. O Cardeal Ratzinger insiste que a clareza sobre a função específica do bispo é decisiva:

"Porque é uma questão de salvaguarda da própria natureza da Igreja Católica, que é baseada em uma estrutura episcopal e não em um tipo de federação de igrejas nacionais. O nível nacional não é uma dimensão eclesial. É preciso que fique claro, uma vez mais, que em cada diocese há apenas um pastor e mestre na fé, em comunhão com outros pastores e mestres e com o Vigário de Cristo. (The Ratzinger Report, 59-61)

Se vocês se recordam, faz algum tempo, um bispo local deu sua própria interpretação de "Forming Consciences for Faithful Citizenship", dizendo aos fiéis confiados a seu cuidado que a conferência não falava por ele. Isto está inteiramente conforme ao que o Cardeal escreveu. Os bispos individualmente são livres para adotar tais declarações e reafirmá-las em seu próprio nome para suas dioceses, mas nenhum bispo tem a obrigação de o fazer; e tais documentos não se tornam normativos para uma diocese em particular a menos que o bispo, explícita ou implicitamente, os recomende. Portanto, se o fiel insinua a um bispo que ele está agindo contrariamente a um documento pastoral publicado pela conferência, a legítima resposta do bispo seria que ele e as pessoas de sua diocese não estão vinculados às declarações da conferência a menos que ele assim determine.

Em relação a tais declarações da conferência, o Cardeal Ratzinger tem algo bastante profético para oferecer:

"Acontece que falte a alguns bispos certo senso de responsabilidade individual, e a delegação de seus poderes inalienáveis de pastor e mestre às estruturas da conferência local deixa cair no anonimato o que deveria ser muito pessoal. O grupo de bispos unidos em conferências dependem, em suas decisões, de outros grupos, de comissões constituídas para preparar anteprojetos. Acontece então que a busca de consenso entre diferentes tendências e o esforço de mediação produzem documentos esvaziados nos quais posições decisivas (onde elas poderiam ser necessárias) são enfraquecidas. (The Ratzinger Report, 59-61)


Sua Eminência cita, então, um exemplo bastante patético de sua própria terra natal. Ele recorda uma conferência episcopal realizada em seu país na década de 30:

"Bem, os documentos realmente relevantes contra o Nacional-socialismo foram aqueles que vieram de corajosos bispos individualmente. Os documentos da conferência, ao contrário, foram frequentemente lânguidos e fracos em relação ao que a tragédia requeria. (The Ratzinger Report, 59-61)

No caso mencionado acima, o bispo foi publicamente criticado pelo seus fiéis por não aceitar e adotar, não apenas um documento da conferência mas, talvez mais significativamente, suas próprias interpretações particulares daquele documento. Este não é o mesmo cenário previsto pelo Cardeal Ratzinger, mas vale certamente como um corolário seu. Existe uma compreensível confusão por parte dos fiéis, os quais - bem ou mal intencionados - leem ou interpretam uma coisa num documento da conferência e ouvem algo diferente se seu próprio bispo.

O futuro Santo Padre levanta outra questão, que é certamente um perigo real em se tratando de documentos produzidos por uma comissão. Ele destaca que a busca de consenso pode resultar num documento esvaziados - ou, como certo bispo se expressou - documentos que chegaram ao mínimo denominador comum. Assim, quando bispos individualmente - e os há mais que uns poucos - fazem declarações pessoais sobre certas situações, tais declarações são frequentemente mais fortes, audazes, decisivas e, portanto, mais sujeitas a serem criticadas como duras e insensíveis. Temo que tenha havido uma tal dieta contínua de tais documentos esvaziados de forma que qualquer coisa que os bispos individualmente publiquem que contenha alguns elementos fortes seja rápida e rotundamente condenados ou simplesmente desconsiderados como se estivessem em descompasso com a conferência ou em conflito com o que outros bispos fariam.

Para ser justo com a conferência, devo dizer que nunca vi ou ouvi da conferência, seja como um todo ou em uma comissão, fazer quaisquer observações críticas a respeito daquilo que os bispos individualmente teriam feito ou deixado de fazer em suas próprias dioceses. Acho que a conferência compreende plenamente os limites de sua jurisdição; eu não poderia dizer o mesmo acerca dos fiéis em geral. É bastante provável que os fiéis, e talvez nosso governo nacional, veja na conferência um tipo de magistério intermediário ao qual cada bispo deve obediência e respeito, e que tem sempre poder de falar pelos bispos. O que não é, de fato, o caso. Na verdade, o contrário é que foi firmemente confirmado pela Apostolos Suos. Embora reconhecendo as finalidades legítimas das conferências episcopais, o Papa João Paulo II escreveu:

"Tais finalidades exigem que se evite a burocratização dos ofícios e comissões ativas no período entre as reuniões plenárias. Importa ter em conta o fato essencial de as Conferências Episcopais, com as suas comissões e ofícios, existirem para ajudar os Bispos, e não para ocupar o lugar deles." (Apostolos Suos, 18)

No mesmo documento, encontramos outras informações do valor das conferências episcopais, mas há frequentemente uma palavra correspondente de precaução:

"A sua importância resulta do fato de contribuírem eficazmente para a unidade entre os Bispos e, consequentemente, para a unidade da Igreja, sendo um instrumento muito válido para robustecer a comunhão eclesial. Todavia a evolução da sua atividade, sempre mais vasta, suscitou alguns problemas de natureza teológica e pastoral, sobretudo no que diz respeito à sua relação com cada um dos Bispos diocesanos." (Apostolos Suos, 6)

A conferência tem sido bastante clara a respeito do fato de que prepara documentos pastorais e de que não tem autoridade, por si mesma, para publicar editos ou legislação vinculante. Uma vez que estes documentos pastorais carecem de força legislativa, eles são frequentemente estribados numa linguagem que poderíamos descrever como mais leve e menos rigorosa. O que é apropriado, já que eles pretendem ser pastorais e não legislativos. Basta um olhar para a diferença entre os documentos do Vaticano II e o Código de Direito Canônico. Um é pastoral, enquanto o outro traduz o propósito do documento pastoral em legislação concreta. A legislação depende do bispo local. O bispo diocesano tem ampla discrição em termos de ações legislativas e disciplinárias em sua própria diocese.

São Paulo aconselha Timóteo sobre os meios possíveis de lidar com o erro, destacando a necessidade de "repreender, ameaçar, exortar - ensinando constantemente, e sem perder a paciência". O tom necessário de documentos pastorais tendem mais à exortação que à repreensão ou ameaça. A instrução de Paulo a Timóteo é certamente pertinente:

"Porque virá tempo em que os homens já não suportarão a sã doutrina da salvação. Levados pelas próprias paixões e pelo prurido de escutar novidades, ajustarão mestres para si. Apartarão os ouvidos da verdade e se atirarão às fábulas. Tu, porém, sê prudente em tudo, paciente nos sofrimentos, cumpre a missão de pregador do Evangelho, consagra-te ao teu ministério." (II Tim 4, 3-5)

Documentos pastorais, reconhecendo que as pessoas perderam a tolerância com a sã doutrina, tendem a apelar sem serem necessariamente muito diretos ou críticos. O objetivo óbvio é oferecer convites gentis à conversão de modo que possa atrair aqueles que preferem mensagens agradáveis aos ouvidos. Infelizmente, dado que de natureza pastoral, tais documentos estão abertos a um amplo leque de interpretações, boas e más. Há margem para a acusação de que tais documentos são intencionalmente vagos e enganosos; e embora eu tenha tido, em certa ocasião, uma suspeita disto, seria uma falta de caridade de minha parte especular que este seja realmente o caso. Eu diria que a imprecisão, seja ou não intencional, tem sido ocasionalmente causa de preocupação e, até mesmo, de consternação.

Infelizmente, uma vez que a sã doutrina é frequentemente rejeitada de antemão, os mestres que advogam uma mensagem popular, agradável aos ouvidos, são mais admirados e calorosamente recebidos e aceitos por nossa época secularizada. Isto contribui para um esvaziamento ainda maior da mensagem. São Gregório Magno adverte que a incapacidade de ser ousado no discurso pode ser causado por um medo de reprovação. Este é um perigo muito real em nossos tempos atuais. Bem pode ser que uma dependência de documentos pastorais contenha um medo duplo: medo de reprovar os outros e medo de ser reprovado por tê-lo feito. Tristemente se esquece que tal enfoque pode tranquilizar o malfeitor com uma vaga promessa de segurança. Há um silêncio prudente, mas há também um silêncio imprudente. Há um discurso indiscreto, mas há igualmente um discurso ousado e discreto.

Facilmente bispos e padres agem com a noção equivocada de que se pregarmos o evangelho na sua plenitude seremos calorosamente saudados, acolhidos, admirados e aclamados. Não foi o caso de Timóteo, Paulo ou o do Senhor. Os Bispos não deveriam supor que seria assim conosco. Posso assegurar-lhes que fatos como este são a exceção para bispos como eu. A mensagem do evangelho, com seu chamamento à conversão, não é necessariamente fácil. O secularismo da época em que vivemos torna tudo ainda mais desafiador pregar a mensagem do evangelho em sua plenitude e colocá-lo em prática em nossas vidas.

Algumas doutrinas da Igreja são certamente contraculturais e Paulo predisse que elas não seriam toleradas e que seriam rejeitadas. Não é novidade para vocês que somos muito influenciados por atitudes culturais não necessariamente informadas pelo evangelho. Para os de mente mais secularizada, as doutrinas da Igreja podem parecer ultrapassadas, rigorosas, condenatórias ou insensíveis. Como resultado, algumas doutrinas da Igreja foram abandonadas por aquilo que poderia ser chamado, caridosamente, um tipo de negligência pastoral benigna. Para muitos, em nosso mundo politicamente correto, isto é identificado com compaixão. Na verdade, isto frequentemente acarreta uma cumplicidade ou um compromisso com o mal. As doutrinas mais duras e menos populares são, em grande parte, deixadas no esquecimento, dando assim implicitamente aprovação tácita a opiniões teológicas errôneas e enganosas. São Gregório, em sua Regra Pastoral, escreve sobre esta prática pastoral:

"Uma orientação pastoral seria silenciar quando a discrição é exigida e falar quando as palavras prestarão um serviço. De outra forma, ele poderia dizer o que não deveria ou silenciar quando deveria falar. Um discurso indiscreto pode conduzir os homens ao erro e um silêncio imprudente poderia deixar no erro quem poderia ter sido instruído. Pastores a quem falta visão hesitam em dizer abertamente o que é direito porque temem perder o favor dos homens. Como nos diz a voz da verdade, tais líderes não são pastores zelosos que protegem seus rebanhos, mas sim mercenários que se refugiam no silêncio quando o lobo aparece. O Senhor os reprova através do profeta: 'Eles são como cachorros mudos que não podem latir'. Em outra ocasião ele reclama: 'Vós não vos lançais contra o inimigo nem construís um muro de defesa para a casa de Israel, de modo a permanecerdes firmes na batalha no dia do Senhor'. Avançar contra o inimigo envolve resistência firme aos poderes do mundo em defesa do rebanho. Permanecer firme na batalha no dia do Senhor significa opor-se ao inimigo malvado por amor ao que é correto. Quando um pastor tem medo de afirmar o que é certo, permanecendo em silêncio, não terá ele virado as costas e fugido? Por outro lado, se ele intervém em defesa do rebanho, ele constrói um muro contra o inimigo em frente da casa de Israel."

Os bispos individualmente, em suas próprias dioceses, tem a responsabilidade pastoral primária de discernir entre discurso indiscreto e silêncio imprudente. Isto não envolve um julgamento particular e, quanto a isto, há grande diversidade e mesmo disparidade entre um bispo e outro. Praticamente não há disparidade entre os bispos acerca da pecaminosidade do aborto, da contracepção artificial, dos atos homossexuais, das pesquisas com células-tronco embrionárias, ou da pletora de ofensas contra a pureza; mas há grande diversidade sobre como enfrentar estes males, ou como lidar com aqueles que os se vangloriam deles ou os endorsam abertamente. Dom Charles Chaput costuma referir-se a isto como uma unidade de doutrina, mas diversidade de estratégia.

Esta diversidade de estratégia, esta decisão prudencial de calar ou falar, repousa plenamente sobre os ombros dos bispos individualmente. Assim, embora muitos possam pensar que este seria o dever da conferência, é na verdade o papel do bispo individualmente. É seu dever inalienável; e não pode ser delegado à conferência. No meu ponto de vista, as palavras de Paulo a Timóteo precisa ser considerada para se chegar ao discernimento: "Eu te conjuro em presença de Deus e de Jesus Cristo, que há de julgar os vivos e os mortos, por sua aparição e por seu Reino: prega a palavra, insiste oportuna e importunamente, repreende, ameaça, exorta com toda paciência e empenho de instruir." (II Tim 4, 1-2).

Alguns bispos talvez apoiam-se mais fortemente, por temperamento, na reprovação e na correção, enquanto outros favorecem um enfoque mais suave, gentil de exortação. A meu ver, o apelo tem seu lugar, mas quando o apelo constante não produz absolutamente qualquer movimento de autocorreção, reforma ou conversão, a reprovação e a correção tornam-se necessárias. Em certos momentos, há necessidade de uma resistência firme aos poderes do mundo em defesa do rebanho. O medo de ofender algum membro do rebanho abusivamente dissidente redunda em falha na defesa do rebanho. Pode redundar em incapacidade de ensinar a verdade. Nas palavras de São Gregório: "Eles hesitam em dizer abertamente o que é direito porque temem perder o favor dos homens, mas os homens e mulheres cujo favor pode estar em risco não são, nem de perto, tão favoráveis como eles imaginam".

Infelizmente, o desejo de confiar quase que exclusivamente na suave exortação pode ser indicativo do medo de reprovação. Isto não é novo. Mencionei acima o reconhecimento desta realidade por parte de São Gregório. Ele reprendeu aqueles que tinham medo de reprovar os homens por suas faltas, e assim tranquilizavam o malfeitor com uma vã promessa de segurança. Não apenas o malfeitor, mas todos os membros do rebanho que veem os malfeitores saírem impunes, começam a duvidar e questionar seus próprios valores morais. Ouço de muitos leigos que a percepção de uma falta de coragem da parte dos bispos redunda em desencorajamento dos fiéis.

Felizmente a coragem é contagiosa. Muitos de vocês reunidos aqui foram indubitavelmente encorajados, literalmente feitos mais corajosos, como resultado da coragem de Dom Raymond Burke. Vocês indubitavelmente admiraram Dom Joseph Martino e Dom Thomas Tobin por sua coragem ao confrontarem grupos dissidentes em suas dioceses. Puderam sentir um pouco de confiança ao verem Dom Thomas Olmsted de Phoenix confrontar com firmeza males morais de natureza médica. Vocês conhecem bem, apreciam e são encorajados pela coragem de Dom Fabian Bruskewitz , que resolutamente fala a verdade tão frequentemente impopular. Todos estes homens encorajam vocês, e encorajam a mim igualmente. Chego humildemente a pensar que alguns de vocês possam até ser encorajados por mim.

O que é mais digno de nota acerca de cada um destes homens corajosos é que eles agem, não como membros de um congresso de bispos, mas como bispos individuais em suas próprias dioceses. Todos eles demonstraram uma séria determinação de evitar o discurso indiscreto, ao mesmo tempo superando o que seria, por outro lado, um silêncio imprudente. Na avaliação da mídia secular, qualquer discurso firme contra um mal moral é muito frequentemente categorizado como indiscreto; enquanto o silêncio imprudente, mesmo em face de males morais muito sérios, é louvado como a epítome de compaixão á semelhança de Cristo. Apelar é louvado, enquanto corrigir e reprovar é considerado muito duro.

Vocês precisam estar cientes, também, de que a coragem episcopal está frequentemente associada ao sofrimento. Para aqueles que passaram a ser vistos desfavoravelmente nos círculos de 'iluminados', há uma disseminação de meias mentiras difamatórias, ridicularização na imprensa e na internet, rumores, fofocas e assassinato de reputações. Em geral um assassinato real seria preferível. E então há prejuízo para os fiéis praticantes da diocese que veem e ouvem estas coisas e começam a considerar se não estão enganados em sua confiança em seus bispos. Finalmente, há a sempre presente ameaça e realidade de boicote econômico, o que também tem grande peso, especialmente em dioceses pobres e pouco populosas como a minha. Quando um bispo reconhece que preferiria falar com firmeza, mas que agir assim poderia redundar em prejuízos econômicos para sua diocese, então ele percebe que as reações a ele não apenas o afetam, mas tem ramificações potencialmente negativas para as pessoas e paróquias que estão sob sua liderança pastoral. Assim, quando diante da possibilidade de publicar uma carta pastoral mais simpática ou algo um pouco mais direto, um bispo poderia escolher a delicadeza - não por convicção e nem por medo, mas por reconhecida necessidade. Às vezes, fico a imaginar o que os bispos diriam se esta consideração não mais fosse um fator em suas dioceses.

Embora minha tarefa fosse discutir o conceito de conferência dos bispos, percebi que, na realidade, só é possível falar sobre o ministério e a missão de cada bispo. Porquanto este ministério seja exercido em comunhão com seus irmãos bispos, não pode necessariamente ser exercido em conformidade com eles. As coisas que São Paulo escreveu a Timóteo aplicam-se de um modo singular aos bispos individualmente, e é difícil, senão impossível, aplicá-los à conferência dos bispos como um todo. A todo batizado é dada a tríplice dignidade de sacerdote, profeta e rei correspondentes aos três funções de Cristo: oferecer o sacrifício, ensinar e governar. Esta dignidade é inerente à pessoa e, pelo Sacramento das Sagradas Ordens, é inerente de um modo proeminente e inalienável a cada bispo. Os bispos individuais, se eles dependem muito fortemente da conferência ou simplesmente seguem suas iniciativas, o fazem sob grande perigo espiritual.

São Thomas More agiu de modo perfeitamente exato quando dele se aproximou o Duque de Norfolk, convidando-o a juntar-se a ele na assinatura do Juramento de Sucessão. O duque aponta para todos os que já tinham assinado e diz: "Não podes fazer o que eu fiz e juntar-te a nós, por companheirismo?" Thomas More replicou: "E quando estivermos diante de Deus, e tu fores mandado para o Paraíso por agir conforme tua consciência e eu condenado por não ter agido conforme a minha, tu virás comigo, por companheirismo?" Os bispos não podem simplesmente seguir a conferência em razão de companheirismo.

Para encerrar, volto a Apostolos Suos, que é maravilhosamente clara acerca das obrigações e responsabilidades dos bispos individualmente:

"Os Bispos, tanto singularmente como reunidos em Conferência, não podem autonomamente limitar o seu poder sagrado em favor da Conferência Episcopal, e menos ainda duma parte dela, quer esta seja o Conselho Permanente, uma comissão, ou o próprio Presidente." (Apostolos Suos, 20)


Este artigo baseou-se no discurso feito por Dom Robert Francis Vasa, Bispo de Baker, EUA, no 2010 InsideCatholic Partnership Award Dinner na Quinta-feira, 16 de setembro. O título de seu discurso era "Deveres Sagrados, Ministério Episcopal".


Tradução: Oblatus

sexta-feira, 24 de setembro de 2010

Fotos da Santa Missa Pontifical celebrada por Dom Rifan na Antiga Sé do Rio de Janeiro















Fonte: Missa Pontifical no RJ

Misas cantadas y cantos en misa





Probablemente lo que nos quieren decir con las denominaciones de misas regionales es que se cantan con sus canciones folklóricas y esto puede ser un buen reclamo para llamar la atención, pero nada más. Porque hay que empezar por afirmar que tales misas en muchos casos no son sino una completa falsificación en su sentido más pleno: falsificación de la letra y plagio de la música.

No se pueden llamar misas porque, en primer lugar, falta su texto litúrgico oficial. La Misa Solemne de Beethoven, la Misa en si menor de Bach, o la Misa de Requiem de Mozart, son tales y las conocemos como tales porque cantan los textos litúrgicos: Kyrie, Gloria, Sanctus... y no otra cosa distinta inventada por ellos, como hacen estas misas regionales que tienen el texto de un autor privado y no pueden suplir al texto oficial de la Iglesia, idéntico para todas las naciones aunque sea en francés, alemán o japonés. El texto del Ordinario de la Misa no se puede alterar.

Cuando los turistas acuden a nuestras misas, vemos que algunos tienen en sus manos pequeños misales y van siguiendo en su propia lengua paso a paso lo mismo que nosotros estamos recitando en español. Mal podrían seguir una misa con textos absolutamente extraños y estrafalarios. En conclusión, que si el texto no es el oficial de la Iglesia, no se puede llamar en modo alguno Misa. Y es increíble hasta el extremo que se pueda traicionar nada menos que el texto del Padrenuestro, que nos lo enseñó Cristo, como si nosotros pudiéramos mejorarlo.

Es cierto que, aparte de lo que es fijo e invariable, caben otros cantos como el de entrada, ofrendas, comunión y final, en los que hay más posibilidad de creación en las letras, si bien deben estar fundamentadas en inspiración bíblica y debe ser autorizadas por la autoridad eclesiástica para evitar escuchar lo que en muchas ocasiones se nos ofrece con verdaderas noñerías, tonterías, inexactitudes e incluso errores teológicos. Seamos serios.

Cualquiera puede hacer la divertida y grotesca prueba de tomar las misas castellanas que pululan por ahí, que son todo un plagio de canción tras canción, y pueden ir grabando en una cinta magnetofónica una frase de la misa y la misma de la canción original, que incluso están grabadas en el mismo tono. Los resultados son sorprendentes. Tomemos como ejemplo el Padrenuestro de una misa castellana. Con la misma música resulta esto:

Oh Padre nuestro, Dios de la tierra, (Señor alcalde, señor alcalde),

la tierra dura que sometemos, (que si no hay toros tampoco hay baile).

Santificado sea tu nombre, (y si no hay baile tampoco hay misa),

tu nombre eterno que no sabemos, (porque los mozos no la precisan).

Cuando hoy todo el mundo conocemos nuestras canciones, porque tenemos discos y cintas y espectáculos al aire libre, no es válido poner esta misma música para la liturgia. Un cristiano medianamente culto no puede cantar a Dios atentamente si la melodía que está cantado le recuerda la chica segoviana, o los mozos de Monleón, o me gustan los labradores, o... señor alcalde.

Hemos de admitir ciertamente la buena voluntad de quienes han querido hacer y cantar misas cercanas al pueblo, pero han errado en el método a seguir. Les animamos a tomar los textos litúrgicos y buscar inspiración, y no simple plagio, en la multitud de música religiosa escondida en nuestros pueblos y con peligro de desaparecer, porque en muchos casos sólo se acuerdan de ella los más viejos del lugar. Hay tonadas bellísimas de rogativas a los Cristos o Vírgenes patronas, gozos, salutaciones, loas, himnos patronales, responsorios, misereres, rosarios de la aurora, salves... Recopilar todo esto es costoso y reorganizarlo aún más, pero esto sí es religioso y fuente de inspiración. Un ejemplo muy concreto y práctico lo encontramos en la Misa Polifonica, con participación del pueblo, que se viene cantando en la fiesta de la Virgen de la Fuencisla por la Coral Voces de Castilla inspirada en el himno de la Patrona de Segovia.

El canto en la liturgia expresa y realiza las actitudes interiores de los orantes es un lenguaje universal, uno de los signos que los hombres utilizan con mayor naturalidad para manifestar su dolor o su alegría, su protesta o triunfo. El canto contribuye a crear comunidad, y a fortalecer los vínculos de unidad “El que canta (bien) reza dos veces” (S. Agustín).


+Ángel Rubio Castro

Obispo de Segovia