sábado, 27 de outubro de 2012

Mons. Nicola Bux: “No es cierto que el Papa haya publicado el Motu Proprio [Summorum Pontificum] para hacer un favor a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X”

  

Esa mentira que incluso difunden medios de comunicación autocalificados ‘católicos’, viene una vez más refutada por Mons. Nicola Bux, latinista papal, consultor de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Papa y consultor de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos; en una entrevista que publica Paix Liturgique, Oct-23-2012. 

En la carta a los obispos que acompaña el [motu proprio] Summorum Pontificum, el Santo Padre invitaba al enriquecimiento mutuo de las dos formas del único rito romano, pero para llegar a este enriquecimiento debe primero haber un encuentro entre las dos liturgias. ¿Como se hace si la forma extraordinaria permanece fuera de las parroquias: no es la Misa parroquial el lugar natural para este encuentro?

Mons. Nicola Bux: El Santo Padre ha reestablecido el rito romano celebrado hasta el [Concilio] Vaticano II, definiéndolo como “Forma Extraordinaria” respecto de aquella ordinaria nacida de la reforma postconciliar. Lo ha hecho porque consciente a causa de los estudios realizados y del trato con insignes estudiosos de la liturgia, algunos de los cuales [fueron] peritos conciliares, que no estaban satisfechos con cuanto se había reformado, pero tampoco del estado precedente: piénsese en Joseph Andreas Jungmann, autor de Missarum Sollemnia. De ahí que la razón sobre todo del enriquecimiento mutuo entre las dos formas, a perseguir con prudencia y paciencia, lo que sucede celebrando de ambas [formas] como ya está ocurriendo en todas partes.

No es cierto que el Papa haya publicado el Motu Proprio para hacer un favor a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X: es del todo ajeno a su estilo y su pensamiento. Es cierto, en cambio, que debe llevar la paz a toda la Iglesia, después de decenios de abuso y teoremas, resistencias e indultos. El encuentro entre las dos formas es simplemente celebrandole por parte del mismo sacerdote y ofreciendole a los fieles. Pero hará falta tiempo para prepararse, porque muchos eclesiásticos ya no conocen el latín; y también hay que preparar a los fieles para la aplicación plena de los N°s 36 y 54 de la Constitución sobre la Liturgia que prevé el entrenamiento de las lenguas que corren [a la par del] latín, lengua de la unidad de la Iglesia universal.

Yo pregunto: ¿Es más justo que en un santuario como Lourdes se celebre la Misa ‘internacional’, en varios idiomas, para que cada grupo entienda la quinta parte. O una liturgia católica, en la lengua latina que haga sentir a todos miembros de la Una, Santa, Católica y Apostólica [Iglesia]? Para poner los fieles en condiciones de comprender, es necesario comenzar con subsidios bilingües, y que en todas las catedrales y parroquias se llegue a celebrar la Misa según las disposiciones del N° 36, como está haciendo el Papa dondequiera que va. Esto también se puede hacer con el Misal de Paulo VI editio typica latina. ¿Por qué la Iglesia universal debe recurrir a Inglés, cuando tiene su koiné en la venerable lengua latína?


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