El arzobispo de Bolonia, en las jornadas diocesanas “Vocación y misión del matrimonio y la familia en la iglesia y en el mundo"
El cardenal Carlo Caffarra, arzobispo de Bolonia (Italia), ha subrayado esta mañana en la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir (UCV) que "la misión de la familia es la generación y educación de la nueva persona humana" y "radica en la Providencia de Dios", a pesar de que "la gran provocación lanzada hoy consiste en mostrar su inutilidad".
Según el purpurado, "la nueva criatura venida a la existencia es persona desde el primer instante de su concepción, y al mismo tiempo está llamada a convertirse en persona humana". Así, la labor de la familia es "que aflore su inteligencia, su voluntad, su libertad, su capacidad de amar, su sociabilidad", ha subrayado.
El cardenal Caffarra ha pronunciado esta mañana la última ponencia de las jornadas diocesanas "Vocación y misión del matrimonio y la familia en la iglesia y en el mundo", organizadas a iniciativa del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, a través de la Facultad de Teología de Valencia, la sección española del Pontificio Instituto Juan Pablo II, y la Facultad de Derecho Canónico de la UCV.
El prelado, a quien el papa san Juan Pablo II nombró fundador y primer presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, ha ofrecido su conferencia en el campus de Valencia-San Juan y San Vicente de la UCV por la mañana, e impartirá una segunda sesión vespertina en la sede de Santa Úrsula.
En su intervención, el arzobispo de Bolonia, ha defendido que la familia "ha sido pensada y querida por Dios mismo con vistas a alcanzar un fin", que es "la construcción de una nueva persona; construcción que tiene dos actos: generación y educación". De este modo, "Dios celebra la liturgia de su amor creativo mediante el ministerio de los esposos" por lo que "en la paternidad y maternidad humana Dios mismo creador está presente".
En un segundo momento, el ponente ha asegurado que la familia es desafiada en esta vocación procreativa y educativa. De hecho, ha expresado que "la gran provocación lanzada hoy consiste en mostrar su inutilidad". "Es un proceso de destrucción lo que estamos observando: la institución familiar poco a poco está siendo desmontada hasta su desaparición", aseguró este experto en Derecho Canónico, quien ha lamentado la "tentación de redefinir el matrimonio y la familia a partir de las orientaciones sexuales y no desde las dos identidades sexuales varón-mujer".
Frente a ello, el cardenal Caffarra ha propuesto "mostrar la belleza y la verdad de vivir la familia evangélica en respuesta a las familias que la niegan". Según ha expresado, "se debe vivir con fidelidad el Evangelio del matrimonio, mostrando su íntima razón de ser, y preguntar simplemente: ¿Cuál de las dos posibilidades es la más humana?, ¿cuál es la que hace aflorar la propia humanidad?".
En este sentido, ha señalado a los obispos y los esposos cristianos como responsables de esta respuesta. "La propuesta cristiana es un evento histórico. Esto es lo que debe ser narrado y es la misión de los obispos. Esto es lo que debe ser representado y es la misión de los esposos. Una narración sin representación sería como si la música de Mozart no fuese interpretada, sino solo leída y estudiada. Una representación sin narración no tendría sentido".
Cardenal Sarah: "La comunión entre el Creador y su criatura encuentra su máxima expresión en la unión nupcial"
Previamente, se ha dado lectura a la ponencia del cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y ex presidente del Consejo Pontificio "Cor Unum", que ha redactado para la última sesión de las jornadas diocesanas "Vocación y misión del matrimonio y la familia en la iglesia y en el mundo".
En su ponencia, el cardenal Sarah se ha referido a la "profunda unidad entre el sacramento del matrimonio y la santa eucaristía" y ha señalado algunas dificultades actuales que amenazan la comprensión de dicha relación.
Así, el purpurado ha afirmado que "la comunión entre el Creador y su criatura encuentra su máxima expresión en la unión nupcial" que, a su vez, "pone en la eucaristía su base y su culmen".Sin embargo, esta realidad "se enfrenta a la actual cultura dominante, cuyo pensamiento se caracteriza por el continuo ataque, cuando no negación, de las que han sido las bases de la sociedad occidental hasta el día de hoy".
De este modo, el cardenal Sarah ha definido la sociedad actual como "un nuevo paganismo", que considera el aspecto espiritual "como algo relegado a la esfera subjetiva, marginal e intrascendente", y que está inmersa en relativismo "donde cada uno es medida de sí mismo". "Es la sociedad de la soledad, estamos solos y a menudo ni sabemos quiénes somos, y para reencontrarnos tenemos la necesidad de satisfacer todos nuestros deseos, encontrándonos siempre más solos e insatisfechos", ha expresado.
Ante este panorama, "la Iglesia tiene la misión de anunciar aquella verdad que reconduce la persona a su dignidad", que, en el caso del matrimonio, es "la profunda unidad a la cual el hombre y la mujer están llamados, posible sólo en Cristo, y más profundamente, en la unidad que se manifiesta entre Cristo y la Iglesia", ha asegurado el prefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
"Dios ha creado el hombre y la mujer para la unidad, pero el pecado ha creado una fractura, obligándolos a vivir encerrados en sí mismos e incapaces de amar. Por eso Dios ha enviado a su único Hijo, para restituir al hombre y a la mujer a su unidad en el único Dios". Así, "celebrar la eucaristía es pasar con Cristo de nuestros límites en el amor, a una dimensión sin algún límite" y "esta realidad de amor total es la llamada de los esposos cristianos", ha detallado el cardenal.
Por todo ello, "el sacramento del matrimonio se apoya en algo natural, la unión entre el hombre y la mujer para formar una familia, pero siendo un sacramento se convierte en la vía privilegiada para vivir en plenitud dicha unidad, el encuentro con el Amor que nos permite amar".
Esta es la razón por la que el cardenal Sarah ha incidido en que los matrimonios vivan "continuamente" la eucaristía, y en que la manera "más indicada" para celebrar el sacramento del matrimonio es dentro del de la eucaristía", pues "sólo alimentándose de Cristo y haciéndose uno solo con Él, el hombre y la mujer experimentan la eternidad de Dios que les permite amarse y hacerse una sola carne".
www.ucv.es