Presentamos la traducción de La Buhardilla de una breve pero interesante entrevista a Monseñor Guido Pozzo, Secretario de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei.
Monseñor, una interpretación restrictiva ampliamente difundida del Motu Proprio [Summorum Pontificum] sostiene que la provisión papal se dirige primariamente, si no exclusivamente, a aquellos grupos e institutos que ya estaban adheridos a la forma tradicional, y que, por contraste, no busca en ningún modo promover la forma extraordinaria. A esto ya ha respondido el Cardenal Castrillón Hoyos, diciendo en Londres, en junio del 2008, que al Papa le gustaría tener el “Rito Gregoriano” en todas las parroquias. ¿Cuál es su opinión?
El Motu Proprio está dirigido a todos los fieles católicos que desean la forma extraordinaria de la liturgia romana, no sólo a aquellos que, previo a su promulgación, estaban adherido a la antigua forma del rito romano. Por cierto que busca dar cabida a estos últimos y sanar viejas heridas, pero el propósito del documento es también permitir la difusión de la forma extraordinaria, para el beneficio de aquellos que aún no la conocen (por ser demasiado jóvenes como para haber tenido experiencia de ella), o de aquellos que redescubren con gozo la Misa de su juventud. Una cada vez mayor difusión de este tesoro litúrgico, patrimonio de la Iglesia, puede traer muchos beneficios, espirituales y vocacionales, también a través del mutuo enriquecimiento entre ambas formas del rito romano.
La Carta del Papa que acompaña al Motu Proprio se refiere a un período de tres años, luego del cual se recogerán informes de los obispos, para evaluar la situación. ¿Esto podría significar, como algunos sostienen, que la liberalización del antiguo Misal estipulada por el Motu Proprio ha de ser comprendida como ad experimentum, o que al menos al fin de esta evaluación puede haber restricciones acerca de la forma extraordinaria, tales como, por ejemplo, el retorno a un régimen similar al de los indultos de 1984 o 1988?
El período de tres años se refiere simplemente a un balance de los primeros tres años de aplicación. Si se descubre que existen dificultades serias, se encontrarán los remedios apropiados, siempre teniendo en mente el propósito esencial del Motu Proprio.
Se ha informado de obstáculos de muchas partes en la implementación del Motu Proprio . Nosotros también los hemos experimentado... ¿Qué es lo que debería hacer un grupo de laicos que se encuentran en tales situaciones de dificultad para obtener una Misa semanal en la forma extraordinaria? ¿Y de qué forma puede intervenir la Comisión Ecclesia Dei?
La respuesta está ya escrita en el Motu Proprio: pedirlo al párroco y, posiblemente, buscar un sacerdote que está listo. Si esto se demuestra imposible, es necesario acudir al obispo propio, a quién se le pide que busque una solución apropiada. Si incluso de esta forma no se obtiene la satisfacción del pedido, escribir a la Comisión Ecclesia Dei que, no obstante, trata con los obispos, quienes son naturalmente nuestro interlocutor: se les pide una evaluación de la situación, para ver cuáles son las dificultades reales y cómo encontrar un remedio.
Cambiando de tema, ¿ha visto los resultados de la encuesta comisionada por Paix Liturgique y por nosotros (Messainlatino.it)?
Sí, me alcanzaron un avance hace unos días. Estas cifras son verdaderamente notables y alentadoras, especialmente esa absoluta mayoría de los católicos practicantes que, al menos según la encuesta, consideran la existencia de las dos formas de la Misa en las parroquias como perfectamente normal. Entiendo que una copia de la encuesta ha llegado también al Santo Padre.
Fuente: Rorate Caeli
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
Monseñor, una interpretación restrictiva ampliamente difundida del Motu Proprio [Summorum Pontificum] sostiene que la provisión papal se dirige primariamente, si no exclusivamente, a aquellos grupos e institutos que ya estaban adheridos a la forma tradicional, y que, por contraste, no busca en ningún modo promover la forma extraordinaria. A esto ya ha respondido el Cardenal Castrillón Hoyos, diciendo en Londres, en junio del 2008, que al Papa le gustaría tener el “Rito Gregoriano” en todas las parroquias. ¿Cuál es su opinión?
El Motu Proprio está dirigido a todos los fieles católicos que desean la forma extraordinaria de la liturgia romana, no sólo a aquellos que, previo a su promulgación, estaban adherido a la antigua forma del rito romano. Por cierto que busca dar cabida a estos últimos y sanar viejas heridas, pero el propósito del documento es también permitir la difusión de la forma extraordinaria, para el beneficio de aquellos que aún no la conocen (por ser demasiado jóvenes como para haber tenido experiencia de ella), o de aquellos que redescubren con gozo la Misa de su juventud. Una cada vez mayor difusión de este tesoro litúrgico, patrimonio de la Iglesia, puede traer muchos beneficios, espirituales y vocacionales, también a través del mutuo enriquecimiento entre ambas formas del rito romano.
La Carta del Papa que acompaña al Motu Proprio se refiere a un período de tres años, luego del cual se recogerán informes de los obispos, para evaluar la situación. ¿Esto podría significar, como algunos sostienen, que la liberalización del antiguo Misal estipulada por el Motu Proprio ha de ser comprendida como ad experimentum, o que al menos al fin de esta evaluación puede haber restricciones acerca de la forma extraordinaria, tales como, por ejemplo, el retorno a un régimen similar al de los indultos de 1984 o 1988?
El período de tres años se refiere simplemente a un balance de los primeros tres años de aplicación. Si se descubre que existen dificultades serias, se encontrarán los remedios apropiados, siempre teniendo en mente el propósito esencial del Motu Proprio.
Se ha informado de obstáculos de muchas partes en la implementación del Motu Proprio . Nosotros también los hemos experimentado... ¿Qué es lo que debería hacer un grupo de laicos que se encuentran en tales situaciones de dificultad para obtener una Misa semanal en la forma extraordinaria? ¿Y de qué forma puede intervenir la Comisión Ecclesia Dei?
La respuesta está ya escrita en el Motu Proprio: pedirlo al párroco y, posiblemente, buscar un sacerdote que está listo. Si esto se demuestra imposible, es necesario acudir al obispo propio, a quién se le pide que busque una solución apropiada. Si incluso de esta forma no se obtiene la satisfacción del pedido, escribir a la Comisión Ecclesia Dei que, no obstante, trata con los obispos, quienes son naturalmente nuestro interlocutor: se les pide una evaluación de la situación, para ver cuáles son las dificultades reales y cómo encontrar un remedio.
Cambiando de tema, ¿ha visto los resultados de la encuesta comisionada por Paix Liturgique y por nosotros (Messainlatino.it)?
Sí, me alcanzaron un avance hace unos días. Estas cifras son verdaderamente notables y alentadoras, especialmente esa absoluta mayoría de los católicos practicantes que, al menos según la encuesta, consideran la existencia de las dos formas de la Misa en las parroquias como perfectamente normal. Entiendo que una copia de la encuesta ha llegado también al Santo Padre.
Fuente: Rorate Caeli
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo