Recientemente, todos los obispos del mundo han tenido que informar a Roma sobre la aplicación del motu proprio Summorum Pontificum. Imaginamos como habrán sido muchos de estos informes: burocráticos, fríos. Sin embargo, Monseñor N´Koué, Obispo de Natitingou, en Benin, ha remitido un informe tan bello que es un verdadero acto de amor a la Iglesia. Tanto que ha recibido una felicitación específica del Presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, Cardenal Levada, a través de su Secretario, Monseñor Pozzo.
Dice Monseñor Pascal N´Koué en su informe: "La forma extraordinaria se introdujo en mi diócesis en 2003, es decir, antes del motu proprio. Mi convicción de que estas dos formas pueden coexistir pacíficamente y enriquecerse mutuamente es indudable y data de hace tiempo... Las dos formas no representan ningún problema. Los conflictos vienen de nuestros corazones enfermos e intoxicados...de la estrechez de nuestros espíritus y de nuestra formación inmovilista... La celebración de la antigua forma es una suerte para mi joven clero y para toda la diócesis. Permite revalorizar las plegarias ante el altar, los silencios, las oraciones secretas, los signos de la cruz, las genuflexiones, el mismo hecho de volvernos todos hacia la Cruz. En resumen, el rito tridentino nos permite conocer mejor y valorar más la Misa de Pablo VI..."
"Muchos de mis sacerdotes -continúa Monseñor K´Noué- sin ninguna presión por mi parte, han empezado espontáneamente a aprender a celebrar la Misa de San Pío V o más exactamente la Misa del Papa Juan XXIII... Cuando las rúbricas son interiorizadas, la liturgia toca a los fieles por su belleza y su profundidad; ya no hay necesidad de discutir por el misterio, la sacralidad, la adoración, la majestad de Dios, la participación activa; esto viene solo. Por otra parte el Canon Romano y los gestos litúrgicos en el antiguo ritual están más cerca de nuestra sensibilidad africana. Deseo que un bello futuro todo sacerdote sepa celebrar las dos formas. No es imposible, si se introduce en los Seminarios. Pero aquí en Natitingou no podemos aplicar la antigua forma si no es a la luz de la Sacrosantum Concilium. La forma extraordinaria no puede ignorar el Concilio Vaticano II, al igual que la forma ordinaria no puede ignorar el antiguo rito sin empobrecerse"
Dice Monseñor Pascal N´Koué en su informe: "La forma extraordinaria se introdujo en mi diócesis en 2003, es decir, antes del motu proprio. Mi convicción de que estas dos formas pueden coexistir pacíficamente y enriquecerse mutuamente es indudable y data de hace tiempo... Las dos formas no representan ningún problema. Los conflictos vienen de nuestros corazones enfermos e intoxicados...de la estrechez de nuestros espíritus y de nuestra formación inmovilista... La celebración de la antigua forma es una suerte para mi joven clero y para toda la diócesis. Permite revalorizar las plegarias ante el altar, los silencios, las oraciones secretas, los signos de la cruz, las genuflexiones, el mismo hecho de volvernos todos hacia la Cruz. En resumen, el rito tridentino nos permite conocer mejor y valorar más la Misa de Pablo VI..."
"Muchos de mis sacerdotes -continúa Monseñor K´Noué- sin ninguna presión por mi parte, han empezado espontáneamente a aprender a celebrar la Misa de San Pío V o más exactamente la Misa del Papa Juan XXIII... Cuando las rúbricas son interiorizadas, la liturgia toca a los fieles por su belleza y su profundidad; ya no hay necesidad de discutir por el misterio, la sacralidad, la adoración, la majestad de Dios, la participación activa; esto viene solo. Por otra parte el Canon Romano y los gestos litúrgicos en el antiguo ritual están más cerca de nuestra sensibilidad africana. Deseo que un bello futuro todo sacerdote sepa celebrar las dos formas. No es imposible, si se introduce en los Seminarios. Pero aquí en Natitingou no podemos aplicar la antigua forma si no es a la luz de la Sacrosantum Concilium. La forma extraordinaria no puede ignorar el Concilio Vaticano II, al igual que la forma ordinaria no puede ignorar el antiguo rito sin empobrecerse"