Fotografías de diversas Misas en honor a la Santísima Virgen Inmaculada, que muestran el privilegio de España y de sus antiguos territorios, de usar ornamentos celestes en su fiesta por haber defendido con intrepidez el dogma de la Inmaculada Concepción de María.
Por cierto, se va extendiendo la costumbre por parte de algunos sacerdotes - sin duda animados por un impulso de fervor mariano - de utilizar los ornamentos celestes en cualquier festividad de Nuestra Señora. Esto es incorrecto porque el color litúrgico de las fiestas de la Virgen es el blanco, salvo el celeste en el día de la Purísima, y solo este día, pues no existe ya octava de la Inmaculada ni siquiera en el Misal de 1962.
Acción Litúrgica