Ha llamado poderosamente la atención en diversos medios (alguno internacional como la popular página What does the prayer really say? ) el hecho de que el domingo pasado, durante la Misa de dedicación de la Basílica de la Sagrada Familia en Barcelona, S.M. la reina doña Sofía recibiera la Sagrada Comunión de pie y en la mano. Este hecho, que como nuestros lectores saben, rompe con la práctica que ha sido impuesta por Benedicto XVI en las liturgias papales, de distribuir la Comunión de rodillas y en la boca a todos los fieles, sorprende más por cuanto que, como puede apreciarse en la fotografía, la Reina de España tenía ante sí el oportuno reclinatorio que le permitía postrarse sin dificultad, a lo que debe añadirse que, un día antes y en Santiago de Compostela, los Príncipes de Asturias (como puede advertirse en la segunda fotografía) respetaron escrupulosamente la práctica hecha ya norma en las celebraciones papales.
Completamos esta entrada con una tercera fotografía, ya reproducida por nuestra página, en la que puede verse a otra reina católica, la reina Paola de Bélgica (que de acuerdo con el privilegio de las reinas católicas viste de blanco, incluida mantilla), comulgando el día 11 de octubre de 2009, en una ceremonia de canonización celebrada en la plaza de San Pedro. También en este caso se respetó escrupulosamente la norma impuesta en las celebraciones papales.
Según los entendidos la explicación más plausible de lo sucedido el pasado domingo, y habida cuenta de la exquisita corrección que acostumbra a mostrar la Reina de España y de su habitual respeto escrupuloso de las formas, es que no había sido debidamente informada, por parte de quienes podrían y deberían haberlo hecho, de las nuevas normas aplicadas. Ya hay quién se pregunta qué es lo que sucede en España, donde parece que, ni siquiera las más altas magistraturas, quieren enterarse de que en lo litúrgico los tiempos están cambiando.
Fuente: Hoc Signo