quarta-feira, 27 de maio de 2009

En un discurso monumental el Papa insiste: ¡hermenéutica de la continuidad!


Durante su intervención en la apertura del Congreso Eclesial de la diócesis de Roma, el Papa Benedicto XVI volvió a insistir una vez más en la necesidad de una correcta hermenéutica del Concilio Vaticano II, uno de los temas centrales de su pontificado del cual habló más profundamente en el histórico discurso del 22 de diciembre de 2005.


CIUDAD DEL VATICANO – Después del Concilio Vaticano II, que “ha traído buenos frutos”, ha habido una “corriente interpretativa que apelando a un presunto «espíritu del Concilio» ha intentado establecer una discontinuidad con la Tradición de la Iglesia, confundiendo, por ejemplo, los confines objetivamente existentes entre la jerarquía y el laicado, mirando a la Iglesia desde una perspectiva horizontal que excluía la referencia a Dios, en abierto contraste con la doctrina católica”.

Lo afirma Benedicto XVI en su discurso al Congreso Eclesial de la diócesis de Roma, dedicado este año a la corresponsabilidad en la vida de la Iglesia. “El Concilio – ha explicado el Papa – no ha sido una ruptura que ha dado vida a otra Iglesia sino una verdadera y profunda renovación y crecimiento de un único sujeto que se desarrolla”. Recordando que esta misma denuncia estuvo al centro de su primer discurso a la Curia Romana el 22 de diciembre de 2005, el Pontífice advirtió que, a causa de esta interpretación, “en realidad opuesta al espíritu del Vaticano II”, en los años que han seguido a aquel evento, “no siempre se ha tenido el incremento y desarrollo deseados sino un debilitamiento, a veces cansancio, casi una parálisis. Tanto es así que “el Sínodo de 1987 sobre el rol del laicado ha observado que las luminosas páginas del Concilio sobre esta materia no fueron suficientemente traducidas y realizadas”, leyendo “las comunes responsabilidades y dimensiones del pueblo de Dios según una idea sociológica y política”.

“¿Y nuestra diócesis de Roma – se preguntó el Pontífice – en qué punto está? ¿En qué medida es favorecida la corresponsabilidad?”. Para el Papa teólogo, es mientras tanto “una opción apreciable dedicar tiempo para verificar el camino recorrido”. En concreto, subraya Benedicto XVI, es importante “dar a cada movimiento e instancia su espacio” pero principalmente mirar a los lejanos: “demasiados bautizados viven aún al margen de la vida de la Iglesia”. “San Pablo – evidencia Benedicto XVI – nos ha aclarado que ya no hay circunciso e incircunciso sino que Cristo es todo en todos. Él ha abatido el muro de las diferencias entre las culturas. En Cristo, nos convertimos en pueblo de Dios, desde el Papa hasta el último niño bautizado”. “El futuro del cristianismo y de la Iglesia en Roma depende también del compromiso y del testimonio de cada uno de nosotros”, insistió el Pontífice invitando a los laicos de la Capital a “experimentar en pequeños grupos en las familias, como ha ocurrido en la misión ciudadana” promovida por el cardenal Camilo Ruini. “El mandato de evangelizar es para todos, aún si es mucho el camino que queda por recorrer porque demasiados bautizados no se sienten parte de la comunidad eclesial y viven al margen de ella. Aún son pocos los laicos en proporción al número de los habitantes de cada parroquia”. Por eso, “es necesario renovar el esfuerzo para una formación más atenta y puntual” de los laicos. “Os toca a vosotros, párrocos, promover el crecimiento espiritual y apostólico de cuantos ya están en actividad en la parroquia”. “Sean buenos samaritanos – concluyó -, prontos a curar las heridas de vuestros hermanos”.

Fuente: Petrus
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo